Estos Son los Tratamientos Más Efectivos para Tratar el Sobrepeso Y la Obesidad

Plantas Medicinales II: Tratamiento Del Sobrepeso

Frutas. Prácticamente todas. Incluso algunas que tienen casi el doble de calorías que la frescas, como la uva y el plátano. En el cuadro 2 se ejemplifica la distribución de las raciones en una dieta de 1 500 calorías. Identificar la distribución percentilar del índice de masa corporal (IMC) en que se encuentre el niño o adolescente, es un proceso que permite obtener un diagnóstico rápido del estado https://losmedicamentos.org/orlistat/ de salud nutricional, sin necesidad de equipos invasivos o de alto costo. La obesidad y el sobrepeso se refieren a un exceso de peso debido a un aumento de los depósitos de grasa, pero se diferencian de acuerdo con el índice de masa corporal. Médicos y científicos generalmente están de acuerdo en que un hombre con más del 25 % de grasa corporal y una mujer con más de 30 % de grasa corporal son obesos. Se recomienda utilizar, para el cálculo de los requerimientos calóricos, la ecuación de Fleish (Anexo 4); pueden calcularse también con base a la edad.3 Se deberá tomar en cuenta la ingesta habitual del paciente, de acuerdo al registro de consumo de alimentos de 24 horas (Anexo 1), con las modificaciones de acuerdo al tratamiento y al estilo de vida de cada niño.

Las medidas preventivas de la sociedad en general, con apoyo gubernamental, deben iniciarse lo antes posible con el fin de involucrar a la familia en la corrección de hábitos dietéticos y en el estilo de vida. Es primordial la encuesta dietética a través del registro de alimentos de 24 horas para conocer los gustos o preferencias, distribución, y horarios de alimentos del niño y su familia (Anexo 1). De igual manera, debe realizarse un cuestionario sobre la actividad física (Anexo 2) y evaluación psicológica, para conocer existencia de situaciones de estrés y relaciones con la comida (saciedad, ansiedad, rapidez). Para algunos niños será suficiente establecer hábitos saludables de alimentación, y otros pueden necesitar esfuerzos adicionales para alcanzar un balance negativo de energía (Anexo 3). El plan de manejo debe individualizarse en el niño y adolescente con sobrepeso (distribución del IMC entre la percentila 85 y 95), u obesidad (distribución del IMC por arriba de la percentila 95 para edad y sexo), de acuerdo a la presencia de otros factores de riesgo, requerimientos energéticos, grado de actividad física y velocidad de crecimiento para cubrir las necesidades nutricionales y alcanzar las metas.1,2 En quienes presentan peso normal, las medidas deberán ser encaminadas a mantener el peso y evitar que progresen a obesidad (Anexo 3). Las acciones específicas deberán intensificarse en niños de alto riesgo para el desarrollo de diabetes tipo 2, como aquellos que inician sobrepeso en períodos críticos (antes de los cinco a seis años y adolescencia) y en hijos de padres obesos.

Aunque aún no existe consenso respecto si se debe losmedicamentos.org/orlistat/ dar preferencia a la actividad física estructurada o a la no estructurada, la Academia Americana de Pediatría se ha manifestado a favor de promover, indistintamente, ambos tipos de actividad física, considerando que la meta es la inclusión de la actividad física en el estilo de vida.20 Es decir, se deben promover actividades individuales y de conjunto; competitivas y recreacionales, que permitan disfrutar de manera cotidiana la realización de actividad física y, simultáneamente, disminuir el tiempo de inactividad física, específicamente "ver televisión".21,23 Por lo tanto, los niños no necesariamente necesitan un programa de ejercicio formal (Anexo 5). En niños de 6 a 12 años, las actividades fuera de casa ("método del juego") es lo recomendable, dado que cuando lo practica, el nivel emocional permite mantener el trabajo por más tiempo, sin que perciban el cansancio y puedan ejecutar un volumen mayor de entrenamiento, evitando tiempo de ver la televisión, juegos de computadora y la ingesta de alimentos. La evidencia que existe para las recomendaciones es de tipo C (recomendación de consenso de expertos), derivada de estudios, principalmente de tipo observacional analítico, la gran mayoría con sesgos de selección y múltiples errores de tipo metodológico.

Esto exige la necesidad de llevar a cabo estudios más grandes y con diseños metodológicos adecuados, para obtener evidencia de mejor calidad. Faltan estudios con diseños metodológicos adecuados para obtener evidencia de mejor calidad. En la mayoría de estudios se ha observado que el incremento de la actividad física se asocia con reducción del IMC y de la cantidad de masa grasa, pero su impacto es menor al obtenido con la reducción de la ingesta calórica en la dieta. Además del tratamiento médico y psicológico, la parte nutricional es decisiva para el éxito en la reducción de peso. El tratamiento médico de la obesidad tiene en general un éxito limitado, por cuanto menos de 20% de los pacientes mantiene una reducción de 10% del peso inicial después del año, incluso en las condiciones de un estudio clínico donde se intentó maximizar la adherencia10. Los ensayos muestran resultados similares comparando el incremento de la actividad física con la reducción de la conducta sedentaria. En niños con sobrepeso y obesidad, se ha evidenciado incremento de la alteración del metabolismo de los carbohidratos, enfermedad cardiovascular, problemas psicosociales y trastornos alimentarios. La psicoterapia interpersonal se basa en un modelo que conceptualiza los trastornos de la alimentación como alteraciones en el funcionamiento interpersonal, y el tratamiento se enfoca en identificar y resolver el problema de las dificultades interpersonales.

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